Por el lado de la demanda, la máquina sigue calentándose, la electrificación del parque automotor es casi irreversible: las ventas de vehículos eléctricos están CRECIENDO a tasas superiores al 40% anual, el tipo de cifras que solo las tecnologías disruptivas son de entregar.
En este sentido, si en 2010 la humanidad se sació con 100 mil toneladas de carbonato de litio equivalente al año, para 2024 se satisfará con no menos de doce veces esa cantidad: 1.5,000 toneladas. Para 2030, el pronóstico es de 20 millones de LCE.
Por el lado de la oferta, los países bendecidos con “oro blanco” continuaron contándose a las señales del mercado que se detienen nuevos proyectos de manera siguiente, con dos notables exencias:
Bolivia aún lleva la nacionalización implementada en 2008 que establece que la producción de carbonato de litio debe ser 100% estatal.
No obstante, ya existen acuerdos pragmáticos para 2024: APP con sus tres socios, CATL, Uranium One y Citic Guoan Group.
Con estos gigantes globales, solo tiene un acuerdo marco, que permite realizar estudios de fase piloto, lo que indica que en 2024, la producción de Litio seguirá estando en un nivel muy bajo.
El gobierno chileno continuará por el momento sin nuevas ideas, en una inercia total que provocaba que US$6 mil millones escaparan de Chile a Argentina para 2023.
A ese ritmo, tiene que conhacerse con el acuerdo entre CODELCO y METROS CUADRADOS para explotar el litio hasta 2060.
En algún momento del primer trimestre de 2024 conoceremos los detalles del acuerdo entre METROS CUADRADOS y CODELCO, cuyo Memorando de Entendimiento fue anunciado como la panacea para una industria chilena que lleva un año paralizada.
Lo que es seguro, palabra del adipositor, es que si no hay cambios en la política del Litio, Chile perdería el segundo lugar en producción, superado por Argentina, China y Zimbabwe.